El Día de la Mujer Trabajadora,
contextualizando el momento histórico en el que fue propuesto, tenía como
objetivo fundamental la movilización de las mujeres a favor de la conquista de
su derecho al voto. Es evidente que casi 100 años más tarde ha diversificado su
razón de ser.
El 8 de Marzo es un día para la
“interrelación con todas las cuestiones femeninas”. Esto me hace reflexionar,
tras casi 25 años dedicada al cuidado de la salud de la mujer, y no puedo hoy
dejar de expresar mi admiración por ELLAS y el orgullo de haber tenido tan honroso oficio.
Una mirada hacia los finales de los 80 y
recuerdo mis primeras vivencias en un hospital maternal. Más de 50 mujeres parían cada día entonces con
pocas posibilidades de la ayuda de la famosa anestesia epidural pero siempre a
su lado, la matrona, que oficio tan ancestral y tan sacrificado. Allí
compartimos tantos partos, ese momento tan mágico y que no ha dejado de
impresionarme a pesar de los años. Ahora veo con satisfacción como han mejorado
las condiciones que lo rodean.
Ha sido trabajo de todas y todos conseguir un
parto más humanizado donde se respeta y se cuida cada vez más a la mujer y a su
hija o hijo en ese momento heroico.
Nada que ver la Ginecología actual con la
de aquellos años. La tecnología nos ha ayudado a poder ofrecer a la mujer
nuevos procedimientos que nos permiten diagnósticos muy precisos y tempranos.
Así, podemos realizar tratamientos
conservadores, menos agresivos y disminuyendo los efectos secundarios. Todo
ello compartiendo con la mujer sus preocupaciones, sus necesidades y juntas
intentando mejorar su calidad de vida.
Mi recuerdo también para todas aquellas
mujeres que tuvieron que pasar por la Unidad de Patología de la Mama. Toda una
familia. Siempre fueron un ejemplo de fortaleza y valentía. Convertir la
enfermedad en un revulsivo para intentar sacar más jugo a la vida es algo digno
de admiración
Por eso hoy nuestro homenaje a LA MUJER y
nuestro agradecimiento por la lección que nos da cada día.